sábado, 5 de diciembre de 2009

REVISTA CONÉCTATE 97 AÑO 2008


Hace algunos años se puso de moda una canción que pregonaba la eliminación de todos los males de la sociedad. No recuerdo exactamente la letra, pero en esencia decía: «Si yo fuera rey del mundo, haría las cosas de otra forma». No habría más guerras, ni odios, ni sufrimiento, ni ninguna de las calamidades que aquejan a nuestro planeta. Si bien se trataba de un noble ideal, al menos a primera vista, no tenía en cuenta un importante factor: Dios nos ha dado a todos libre albedrío, la facultad de elegir. En ese sentido, cada uno de nosotros es «rey del mundo». Puede que no tengamos autoridad sobre todo el orbe ni podamos tener un efecto visible en el orden del universo; pero sí se nos ha encargado que gobernemos nuestro pequeño mundo. Dependiendo del acierto con que lo hagamos, a partir de ahí podemos tener una influencia positiva en todo lo que nos rodea. La reina Isabel I de Inglaterra afirmó en una ocasión: «Ser monarca y lucir una corona resulta más glorioso para el observador que para quien debe cargar con ella». Dicho de otro modo, no siempre es fácil gobernar, y menos aún hacerlo con sabiduría y justicia. En nuestro propio reino, por así decirlo, se aplica lo mismo. Tenemos a un tiempo dominio y responsabilidad. Es más, si evalúas con franqueza tu entorno, creo que llegarás a la conclusión de que es humanamente imposible gobernar siempre con buen tino. No siempre se acierta, y tampoco se puede esperar que lo hagan los demás. «Todos pecaron, y están destituidos de la gloria [perfección] de Dios» *1. Lo alentador es que, aunque nosotros fallemos, Dios puede y quiere obrar por intermedio de nosotros *2. Eso no implica que vayamos a alcanzar la perfección de un momento a otro, sino que si acudimos a Él, paulatinamente nos irá dando el amor, la humildad, el buen criterio, la comprensión y todo lo demás que necesitamos para gobernar con justicia. Con Su ayuda podemos lograr lo humanamente imposible: amar sin parcialidad *3. Gabriel En nombre de Conéctate

No hay comentarios:

Publicar un comentario