martes, 24 de noviembre de 2009

REVISTA CONÉCTATE 68 AÑO 2006


Mientras seleccionaba frases para el artículo Esa maravilla llamada mamá (pág.5) me topé con una que decía: «La maternidad es más fuerte que las leyes naturales». Me pareció muy acertada, pero la encontré incompleta. En el caso de mi madre la parafrasearía: «Las oraciones de una madre son más fuertes que las leyes naturales». Ese es el fiel retrato de mi madre, una mujer de una fe a prueba de balas. Siempre que estoy en una situación difícil, en un apuro, postrado a causa de alguna enfermedad, y siempre que un amigo o un ser querido pasa por alguna tribulación, acudo a mi madre para solicitarle oración. Sé que esa misma noche ella conversará el asunto con Dios, o que a la mañana siguiente, delante de algún altar, intercederá por mí con sus mayores armas: una fe férrea y su tierno corazón de madre. Dios difícilmente puede resistirse a tal combinación. Otra gran característica de mi madre es que nos enseñó a no rendirnos nunca ante la adversidad, a luchar hasta derramar la última gota de sudor y de sangre. Por último, destacaría su hospitalidad y generosidad. La profesión que elegí y los diversos países en que ella por su parte ha residido nos han mantenido separados durante largos capítulos de nuestras vidas; no obstante, siempre que la visito tiene algún huésped en su casa: algún estudiante de intercambio, alguna prima lejana que se aloja allí mientras consigue trabajo. Casi sin quererlo nos ha dejado un incomparable ejemplo de esplendidez y altruismo, que reflejan lo más dulce de una madre. Pero desengañémonos: ninguna mamá es perfecta. Y no todo el mundo guarda estos magníficos recuerdos. Aun así, seguro que todas las madres tienen sus buenas cualidades, aunque en algunos casos haya que escarbar un poco para descubrirlas. En fin, daré inicio a este número especial para el Día de la Madre diciendo junto con José María Pemán, Marc Chagall, Honoré de Balzac, George Washington, Stevie Wonder, Ganeshan Venkatarman —cuyas frases reproducimos en Esa maravilla llamada mamá— y otros cientos de personajes de los más diversos países y generaciones: «¡Gracias, mamá! ¡Yo también te quiero mucho!»GabrielEn nombre de Conéctate

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