jueves, 19 de noviembre de 2009

Los padres y la oración


No es fácil educar a los hijos en el mundo de hoy. Muchos de los valores cristianos que quieres inculcarles son objeto de persistentes ataques por parte de personas que tiran en sentido contrario. Te preocupa que aun tus más nobles esfuerzos no basten, y que tus hijos den la espalda a los valores que más significan para ti. Sé que a veces sientes el impulso de arrojar la toalla; pero no lo hagas. Tu interés y preocupación no son en vano. Por mucho que te desvivas por hacerlo bien, tus posibilidades tienen un límite. Yo, no obstante, soy capaz de hacer mucho más que tú, y te ofrezco Mi asistencia. Además entiendo a tus hijos mucho mejor que tú y sé cómo resolver sus problemas. Quiero colaborar contigo para convertirlos en las personas de buenos principios que tanto tú como Yo queremos que sean. Encomiéndamelos en tus plegarias. Por medio de ellas puedes desempeñar tu función mucho mejor, guardarlos de perjuicios e influencias perniciosas y hallar soluciones a sus problemas. Asimismo, me darás la posibilidad de intervenir para hacer lo que está fuera de tu alcance. Tómate un rato todos los días para orar por tus hijos. Cada vez que te enfrentes a un asunto espinoso, pídeme la solución. Empieza hoy mismo a valerte de la oración para potenciar tus esfuerzos. A fuerza de oraciones se producirán cambios que nunca creíste posibles.

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