miércoles, 18 de noviembre de 2009

Considera el gorrión…


Mi mirada no se aparta del gorrión mientras revolotea buscando alimento y un sitio donde anidar. Yo lo conduzco a un lugar de reposo, y él confía en Mí. No se preocupa por lo que no tiene. Se dedica a sus quehaceres y confía en que Yo proveeré para sus necesidades. Aunque los gorriones son numerosos y muy pequeños, Yo los conozco a todos y velo por ellos. Me acuerdo de cada uno y le prodigo Mis cuidados. Tú para Mí tienes mucho más valor que todos los gorriones juntos. Si me preocupo tanto de esos pajaritos que parecen insignificantes, ¿no me preocuparé también de ti? Conozco tus pesares y entiendo tus temores. Estoy para infundirte fe y responder a tus oraciones. Pero necesito que confíes en Mí como lo hace el gorrioncito. A él no lo ves aleteando frenéticamente, sumido en el pánico; está tranquilo y en paz, sabiendo que no le quito los ojos de encima y que lo cuidaré como cuido de todos los Míos. Tengo también la mirada puesta en ti. Estoy presto a asistirte. Así que, confía en Mí, ¿de acuerdo? Deja que sea Yo quien se preocupe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario